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martes, 10 de diciembre de 2024
La Rambla
¿Por qué Gabriel Ruiz de Almodóvar tuvo que explicarle a Segovia que el preludio que acababa de tocar estaba editado? En mi opinión, porque no lo tocó a partir de una partitura impresa, en ese caso no hubiese sido preciso especificar que estaba editado, era obvio. Es posible que lo tocase a partir de una copia manuscrita o quizá lo tocó de memoria. Si lo hizo a partir de un manuscrito, no se me ocurre mejor momento para que se elaborase esa copia que durante la convalecencia de Tárrega en La Rambla, en la casa de Ruiz de Almodóvar, poco antes de que ambos guitarristas tocasen a dúo en Granada, en junio de 1908.
Venía Tárrega de La Rambla (Córdoba), de pasar una temporada reponiéndose de su enfermedad y fue allí donde conoció al granadino Ruiz de Almodóvar que ejercía de registrador de la propiedad y quien lo invitó a venir a Granada; al día siguiente la Orquesta Sinfónica dirigida por el maestro Arbós daba un concierto en el Palacio de Carlos V y en la plaza de toros granadina lidiaban los toreros de moda: Bombita, Lagartijo y Camará.
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Lleva el placer al dolor
y el dolor lleva al placer;
¡vivir no es más que correr
eternamente alrededor
de la esfinge del amor!
Esfinge de forma rara
que no deja ver la cara…;
mas yo la he visto en secreto,
y es la esfinge un esqueleto
y el amor en muerte para.
Ganivet
“Idearium español” (Fragmentos)
Hemos tenido, después de períodos sin unidad de carácter, un período hispano-romano, otro hispano-visigótico, y otro hispano-árabe; el que les sigue será un período hispano-europeo, y otro hispano-colonial; los primeros de constitución, y el último de expansión.
Pero no hemos tenido un período español puro, en el cual nuestro espíritu, constituído ya, diese sus frutos en su propio territorio; y por no haberle tenido, la lógica de la Historia exige que lo tengamos, y que nos esforcemos por ser nosotros los iniciadores.
Importante es la acción de una raza por medio de la fuerza, pero es más importannte su acción ideal; y ésta alcanza sólo su apogeo cuando se abandona la acción exterior y se concentra dentro del territorio toda la vitalidad nacional.
[...]
Toda nuestra Historia demuestra que nuestros triunfos fueron debidos más a nuestra energía espiritual que a nuestra fuerza puesto que nuestras fuerzas siempre fueron inferiores a nuestras obras; no pretendemos hoy trocar los papeles y confiar a un poder puramente material nuestro porvenir.
Antes de salir de España hemos de forjar dentro del territorio ideas que guíen nuestra acción, porque caminar a ciegas no puede conducir más que a triunfos azarosos y efímeros, y a ciertos y definitivos desastres.
[...]
Y lo más original de este modo de expresión fue que, por nacer del choque de dos fuerzas, tenía que ser reflejo de ambas. Los españoles, al celebrar sus hazañas, lo hacían con espíritu cristiano, pues que con él y por él combatían; pero el ropaje de sus conceptos era en gran parte ajustado a la usanza mora.
El espíritu de los árabes, llegaba entonces a su apogeo, y era natural que influyese sobre el de los españoles, si ya no bastara el contacto de varios siglos y la guerra misma, que suele ser el medio más eficaz que tienen los pueblos para ejercer sus recíprocas influencias. De esa poesía popular, cristiana y arábiga a la vez, arábiga sin que lo arábigo desvirtúe lo cristiano, antes, dándole más brillante entonación, nacieron las tendencias más marcadas en el espíritu religioso español: El misticismo, que fue la exaltación poética, y el fanatismo, que fue la exaltación de la acción. El misticismo fue como una santificación de la sensualidad afriicana, y el fanatismo fue una reversión contra nosotros mismos, cuanto terminó la Reconquista, de la furia acumulada durante ocho siglos de combate. El mismo espíritu que se elevaba a los más sublimes conceptos, creaba instituciones formidables y terroríficas; y cuando queremos mostrar algo que marque con relieve nuestro carácteer tradicional, tenemos qu acudir, con aparente contrasentido, a los autos de fe y a los arrebatos de amor divino de Santa Teresa.
Pero no hemos tenido un período español puro, en el cual nuestro espíritu, constituído ya, diese sus frutos en su propio territorio; y por no haberle tenido, la lógica de la Historia exige que lo tengamos, y que nos esforcemos por ser nosotros los iniciadores.
Importante es la acción de una raza por medio de la fuerza, pero es más importannte su acción ideal; y ésta alcanza sólo su apogeo cuando se abandona la acción exterior y se concentra dentro del territorio toda la vitalidad nacional.
[...]
Toda nuestra Historia demuestra que nuestros triunfos fueron debidos más a nuestra energía espiritual que a nuestra fuerza puesto que nuestras fuerzas siempre fueron inferiores a nuestras obras; no pretendemos hoy trocar los papeles y confiar a un poder puramente material nuestro porvenir.
Antes de salir de España hemos de forjar dentro del territorio ideas que guíen nuestra acción, porque caminar a ciegas no puede conducir más que a triunfos azarosos y efímeros, y a ciertos y definitivos desastres.
[...]
Y lo más original de este modo de expresión fue que, por nacer del choque de dos fuerzas, tenía que ser reflejo de ambas. Los españoles, al celebrar sus hazañas, lo hacían con espíritu cristiano, pues que con él y por él combatían; pero el ropaje de sus conceptos era en gran parte ajustado a la usanza mora.
El espíritu de los árabes, llegaba entonces a su apogeo, y era natural que influyese sobre el de los españoles, si ya no bastara el contacto de varios siglos y la guerra misma, que suele ser el medio más eficaz que tienen los pueblos para ejercer sus recíprocas influencias. De esa poesía popular, cristiana y arábiga a la vez, arábiga sin que lo arábigo desvirtúe lo cristiano, antes, dándole más brillante entonación, nacieron las tendencias más marcadas en el espíritu religioso español: El misticismo, que fue la exaltación poética, y el fanatismo, que fue la exaltación de la acción. El misticismo fue como una santificación de la sensualidad afriicana, y el fanatismo fue una reversión contra nosotros mismos, cuanto terminó la Reconquista, de la furia acumulada durante ocho siglos de combate. El mismo espíritu que se elevaba a los más sublimes conceptos, creaba instituciones formidables y terroríficas; y cuando queremos mostrar algo que marque con relieve nuestro carácteer tradicional, tenemos qu acudir, con aparente contrasentido, a los autos de fe y a los arrebatos de amor divino de Santa Teresa.
Rocío Márquez
Tomatito
Cantando en una mina, año 2012
Junto al Guernica, Seguirillas con Alfredo Lagos, 02-06-2017
Cantando en una mina, año 2012
Junto al Guernica, Seguirillas con Alfredo Lagos, 02-06-2017
viernes, 9 de agosto de 2024
miércoles, 17 de enero de 2024
Gaspar Vivas
Gaspar Vivas Gómez, Almería 1872-1936
Compone su obra que se estrena en 1910 con la compañía de Dora La Cordobesita.domingo, 13 de enero de 2019
RAIMON canta al amor
En los años sesenta, en Barcelona, ciudad de vanguardia en tantas cosas, surgió el movimiento de la llamada Nova Cançó, movimiento musical tan político como reivindicativo, uno de cuyos artífices más destacados fue Ramón Pelegero Sanchís, nacido en Játiva (Valencia) el 2 de diciembre de 1940, de nombre artístico Raimon.
Hablar del Raimon de tantas canciones inolvidables (Al vent, Diguem non, ...) nos daría para varios días de lectura y de escucha de sus grabaciones, pero no es esa nuestra intención. Hablaremos de una grabación algo singular dentro de su obra. Se trata del disco de 45 r.p.m. titulado
Cançons d'amor.
Fue grabado en 1965 y yo tuve la suerte de comprarlo en 1967. Lo de veces que lo habré escuchado, se queda para mí, pero es la cuestión de esta mañana, ordenando cosas me ha aparecido sin buscarlo expresamente y por ello quiero compartirlo con ustedes.
Cuatro preciosas canciones de amor que, como efecto colateral, me acercaron a la belleza y sonoridad de la poesía en lengua catalana.
Antes de que pasemos a oírlas, les confieso que mi favorita era la colocada en segundo lugar(*)
Trabajaré tu cuerpo
como trabaja la tierra
el labrador de mi tierra:
con amor y fuerza.
Y serás tú el fruto,
seré yo el fruto,
seremos juntos el fruto.
Tú y yo tierra y fuerza
y abriremos juntos los caminos
que la vida nos cierra
desesperadamente.
Nos haremos, estaremos juntos
en el único camino nuestro
-fuente y mar, tierra y árbol-
el único camino cierto,
el camino del amor,
el difícil camino de amor
viernes, 9 de febrero de 2018
LIBERTANGO de ASTOR PIAZZOLLA
De padres italianos, el argentino Astor Piazzolla nació Mar del Plata el 11 de marzo de 1921. Murió en Buenos Aires a los 71 años, concretamente el día 4 de julio de 1992. Vivió en New York donde se inició en el toque del bandoneón y en la composición musical. Allí conoció a Carlos Gardel, quien quiso llevarlo con él. Afortunadamente los padres de Astor no lo autorizaron porque en la gira que entonces iniciaba Gardel fue en la que él y sus acompañantes murieron en un accidente de avión (Medellín, 24 de junio de 1935). En 1937 la familia regresa a Argentina y el joven Piazzolla se afianza como autor de tangos. En 1953 es becado para ampliar sus conocimientos musicales en la escuela parisina de Nadia Boulanger. A partir de entonces, Piazzolla se enfrasca en mezclar el tango con la música clásica y con el jazz, convirtiéndose en el músico argentino más reconocido del siglo XX, pese a que en su país fue muy criticado por los añorantes del tango clásico, los cuales acabaron por admitirlo cuando sus obras fueron incorporadas en los repertorios de muchas Orquestas Sinfónicas de países diversos.
Ponemos un botón de muestra. Vean ustedes, escuchen y disfruten con su obra Libertango interpretada por la Orquesta Sinfónica "Ciudad de Moscú", junto a la Fonográfica Banda de Jazz.
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