jueves, 27 de abril de 2017

CORRIDOS de la Revolución Mexicana

Cuando yo cursaba el bachillerato, los profesores de lengua nos decían que había poesía lírica y poesía épica. La segunda venía a recoger narraciones en verso de hechos o personajes históricos. En el caso español se nos ponía como gran ejemplo El Cantar del Mío Cid, al que habría que añadir obras menores que, en forma de romances, compusieron nuestros anónimos poetas. Uno y otros van referidos a la larga etapa histórica llamada (oficialmente) La Reconquista. Y parece que ahí se quedó el género, salvo que consideremos épicas algunas coplillas que el ingenio patrio nos aportó cuando la conocida (también oficialmente) Guerra de la Independencia.
El testigo debieron recogerlo nuestros "hijos" (hoy sería más ecuánime llamarles "hermanos") del continente americano. Allí se ha verseado y cantado a sus libertadores, a los héroes de sus guerras civiles o de sus revoluciones. Destacan en esta labor más de un país, aunque los más significados pudieran ser (según mis menguados conocimientos) Argentina y México.



Dejamos el país sureño para otro día y pensemos en México, donde, bajo la forma de corridos, nos quedó memoria de los héroes de su Revolución (1910-1917): Emiliano Zapata, Pancho Villa y tantos otros más.




Tales corridos, considerados por algunos como el último apéndice del Romancero Español, estuvieron en boca de figuras como Pedro Infante, Jorge Negrete, Antonio Aguilar o Miguel Aceves Mejías como podemos comprobar con estas muestras.



Pedro Infante: Corrido de Pancho Villa y Siete Leguas






Jorge Negrete: Juan Chascasqueado





Antonio Aguilar: Felipe Ángeles









Miguel Acebes Mejías: Corrido villista









Y, ¿cómo no?, la gran Chavela Vargas registró un disco compacto con hasta quince Corridos de la Revolución. Una joya de la que les invito a escuchar unos cuantos temas:





Chavela Vargas: Gabino Barrera




Chavela Vargas: Heraclio Bernal






Chavela Vargas: Lucio Vázquez






Chavela Vargas: Benito Canales

miércoles, 26 de abril de 2017

El conjunto PENTATONIX y el Hallelujah de LEONARD COHEN

No hace falta que les diga que siempre he sido (y sigo siendo) un rendido degustador de la música de Leonard Cohen. Nunca me cansaba (ni me canso) de escuchar su Hallelujah incluído en el album Various positions de 1984, tema del que el propio Cohen llegó a hacer una segunda versión. Una y otra fueron interpretadas por múltiples artistas, entre ellos Jeff Bluckley y John Cale. En España, como sabemos los aficionados al Flamenco, la interpretó Enrique Morente en su disco Omega.


Hace unos meses encontré un vídeo donde escuchar el Hallelujah de Cohen es una auténtica delicia. Se trata del grupo Pentatonix procedente de Arlington (Texas) y constituído en 2010. Es un conjunto exclusivamente vocal formado por




Scott Hoying (barítono)





Avi Kaplan (bajo)



Cristin Maldonado (mezzosoprano)





Mitch Grassi (tenor)





Kevin Olusola (beatbox, o sea, percusionista vocal)







El vídeo aquí está: véanlo, oíganlo, disfrútenlo:




Como ando flojo en inglés no sé si la traducción que he tomado de la página 
corresponde a esta versión o a la otra que hizo Cohen. La dejo sin más:


Ahora, he oído que existía un acorde secreto, 
que David tocaba y al Señor le complacía, 
pero en realidad a ti no te importa la música, ¿a que no?
Bueno, dice así,
el cuarto, el quinto,
la caída menor, la mayor ascensión.
El perplejo rey componiendo "aleluya".

Aleluya, aleluya.
Aleluya, aleluya.

Tu fe era fuerte pero necesitabas pruebas, 
tú la viste bañándose en el tejado, 
su belleza y la luz de la luna te derrocaron.
Ella te ató a una silla de la cocina, 
rompió tu trono y cortó tu pelo, 
y de tus labios ella provocó el "aleluya".

Aleluya, aleluya.
Aleluya, aleluya.

Ahora, tal vez haya un Dios arriba,
para mí, todo lo que he aprendido del amor
es cómo disparar a alguien
que ha desenfundado antes que tú.
Pero no es un lamento lo que oyes esta noche,
no es un peregrino que dice haber visto la luz.
No, es un frío y muy ajado "aleluya".

Aleluya, aleluya.
Aleluya, aleluya.

Aleluya, aleluya.
Aleluya, aleluya.

Oh, gente, yo ya he estado aquí antes,
he visto esta habitación y he caminado sobre este suelo.
Sabes, solía vivir solo antes de conocerte,
y he visto tu bandera sobre el arco de mármol, 
pero escucha amor,
el amor no es ninguna clase de marcha militar victoriosa.
Es un frío y muy solitario "aleluya".

Aleluya, aleluya.
Aleluya, aleluya.

Hubo un tiempo en el que me decías
lo que está pasando de verdad ahí abajo.
Pero ahora, ya ni siquiera me lo muestras, ¿a que no?
Recuerdo cuando me avalancé sobre ti, 
y la Paloma Sagrada, ella también se movía.
Y cada aliento que tomamos era un "aleluya".

Aleluya, aleluya.
Aleluya, aleluya.

Lo hice lo mejor que pude, sé que no fue mucho. 
No pude sentir, así que aprendí a acariciar.
He dicho la verdad, 
no vine aquí a Londres solo a tomarte el pelo,
y aunque todo salió mal,
me presentaré aquí mismo, ante el Señor de la Canción, 
con nada, nada en mi lengua salvo un "aleluya".

Aleluya, aleluya...